Domingo
A. Núñez Polanco
INTRODUCCIÓN
Los
estudios sobre la economia social tienen
una larga tradición, que se inician con elementos conceptuales importantes
desde el siglo XV.
Remontemonos
a la segunda mitad del siglo XVIII, donde comienza una era de desarrollo para
el capitalismo jamás vista hasta entonces. El mundo entró en un proceso
acelerado de cambio y progreso, que se conoce como “revolución industrial”.
Dicha revolución fortaleció sobremanera al capitalismo, al tiempo que le hizo
mostrar sus profundas contradicciones que se manifestaron, entre otras cosas,
en una marcada polarización de la sociedad.
La
búsqueda de alternativas a la situación imperante crearon las condiciones
necesarias para generar espacios de reflexion sobre la necesidad de una
economia de solidaridad y cooperacion, mas humana: cooperativismo.
De
este modo aparecieron concepciones socialistas, cristianas, liberales,
marxistas etc., que le han servido al cooperativismo de
fundamento en su desarrollo histórico
Los fundamentos teóricos y metodológicos del
cooperativismo siguen vinculados hoy estrechamente con la búsqueda de
alternativas que se derivan de los retos y oportunidades que el proceso de
Globalización en curso plantea.
No
podemos hablar propiamente de economia social o solidaria sin analizar
retrospectivamente la teoría y metodología del cooperativismo. Encontramos que el punto de partida está en
los trabajos y planteamientos de algunos de los hombres de ciencia más
respetado y valorizado de principio
y segunda mitad del siglo XVIII como son, entre
otros, Peter Cornelius Plockboy, por establecer las premisas de los principios
del cooperativismo.
Posteriormente
aparecen los trabajos de Saint-Simon, Charles Fourier, Robert Owen etc.,
quienes desarrollaron la teoría y metodología del cooperativismo, con
experiencias prácticas significativas.
Un
momento importante lo constituye sin lugar a dudas los estudios realizados por
Marx, Engels y Lenin, que desde posiciones ideológicas y de clases diferentes
ahondan en la viabilidad del cooperativismo como una alternativa al
capitalismo.
A
partir de los años 80 del siglo XX, los fundamentos teóricos y metodológicos
del cooperativismo se vinculan alrededor de la Economía Social o Solidaria que
conforma un marco conceptual más amplio
que no sólo incluye al cooperativismo sino también a otras formas asociativas.
El
sector de la economia de la solidaridad en sentido general y el cooperativismo
en lo particular es en nuestra concepción y sobre la experiencia histórica del
mismo una alternativa adecuada para Latinoamérica, pues los hombres, mujeres y
sus familias, que en general no tienen otros medios, pueden por medio de esta
alternativa, desenvolverse, satisfacer y atender sus necesidades económicas y
sociales y desarrollarse en el ámbito de la comunidad en que se insertan; lo
cual habrá de seguir siendo, como en su origen histórico, la razón causal de su
existencia.
También
es importante aclarar que cuando hablamos de alternativa nos referimos a una
propuesta estratégica a desarrollar por el sector social o economía de
solidaridad que incluye:
cooperativismo,fundaciones,asociaciones,sindicatos,mutualismo,
juntas de vecinos, grupos religiosos, pastorales juveniles, clubes sociales;
especialmente en regiones de menor desarrollo económico que aún cuando se despliegue
dentro del propio sistema capitalista, lo enfrente y logre transformaciones
económicas, productivas y sociales, erigiéndose en un nuevo poder desde el
punto de vista de las relaciones sociales de produccion, que permita el
beneficio colectivo, y un espacio económico social de solidaridad donde el
capital humano sea el componente principal.
Este
enfoque permite determinar las potencialidades presentes y futuras que tiene la
solidaridad y la cooperacion en las actividades economicas: produccion,
distribucion, consumo y acumulacion.
Todo
fenómeno o problema debe analizarse en su contexto
histórico, social, cultural. Lo que fue correcto ayer puede transformarse,
adaptarse a hoy, y esa es la capacidad que ha mostrado la evolución histórica
de la cooperación, vale decir, el cooperativismo.
CONCEPCIONES TEÓRICAS Y METODOLÓGICAS SOBRE
LA ECONOMIA DE LA SOLIDARIDAD
Desde las primeras manifestaciones
espontáneas de cooperación en la comunidad primitiva, hasta la constitución en
1844 de la cooperativa de los justos “Pioneros de Rochdale”,la cual marca el
inicio del cooperativismo moderno, se cuenta no sólo con una larga experiencia
práctica, sino con un importante caudal teórico y metodológico acumulado.
Hoy
por hoy el cooperativismo, representa un eje sumamente importante y
determinante en el movimiento de la economia solidaria, por su amplitud y
crecimiento logrado en la esfera internacional, lo que ha dado lugar a
considerarlo como uno de los movimientos socioeconómicos más grandes y
sustentables del mundo.
La
idea y la práctica de la cooperación aparecen en las primeras etapas de la
civilización, respondiendo a una vocación natural o buscando protección y
amparo frente a las fuerzas de la naturaleza y la acción de otros hombres. El
hombre no coopera para establecer fines inmediatos sino como una necesidad de
su existencia.
La
cooperación es la base fundamental de la cultura de la humanidad y forma parte
de su esencia, lo que hace de ella un factor de transformación dialéctica y de
culturización constante.
Cooperar
significa trabajar juntos, actuar en grupo. En nuestra opinión la cooperación
es:”La forma de trabajo de muchos obreros coordinados y reunidos con arreglo a
un plan en el mismo proceso de producción o en procesos de producción
distintos, pero enlazados”. Esta definición de Marx aunque la aplica al proceso
de producción es totalmente válida para otras actividades que realizan los
hombres teniendo como base el trabajo. Al respecto es importante dejar claro
que la cooperación es ante todo un hecho de la realidad cotidiana, inmerso en
la esencia misma de la naturaleza humana.
Sin
cooperación no hay trabajo, pues esto tiene su fundamento económico como
trabajo socialmente útil. Por eso cooperación y riqueza se encuentran
íntimamente relacionadas, ya que la primera al ser un producto fundamental del
trabajo nace evidentemente de la segunda, pues sin cooperación no es posible el
trabajo social que es fuente fundamental de todo ser social.
Cuando
el hombre se asocia, lo hace para cooperar. La cooperación es un hecho y un
valor del ser humano, y en tal sentido requiere de un fin que justifique su
existencia. Estos fines los podemos clasificar como: fines sociales, fines
económicos.
“Los
fines sociales de la cooperación, se enmarcan en la búsqueda de la
transformación integral de la sociedad que logre a través del trabajo la
armonía y el desarrollo libre de todas las potencialidades del ser humano.
Desde el punto de vista económico, la cooperación viene a ser el centro entre
la necesidad de riqueza que tiene el hombre y la relación con su entorno que a
lo largo de la historia no le ha permitido distribuir la riqueza como fuera el
deseo de la mayoría”. (Claudio A. Rivera Rodríguez:”la Economía Social ante la
Globalización Neoliberal”.
El
proceso de formación y consolidación de un sistema de asociaciones con base en
la cooperación tuvo sus antecedentes en “los hombres y mujeres primitivos los
cuales eran cooperadores por naturaleza, y tanto el trabajo como sus resultados
eran de índole colectivos, lo que en un inicio fue espontáneo, mas tarde
comenzó a generalizarse.”
Las
primeras formas de trabajo cooperativo surgieron por la necesidad de obtener
bienes y servicios indispensables como fue la construcción de canales y diques
que desviaran el agua de los ríos tierra adentro, con posterioridad otras
actividades fueron incorporadas a formas asociativas.
Los
historiadores del cooperativismo están de acuerdo en señalar como antecedentes
importantes del sistema cooperativo las desarrolladas por:
1.
Las asociaciones entre los artesanos en Egipto, los mercaderes y navegantes
fenicios del siglo XVIII a.n.e.para sus negocios.
2. Los
gérmenes de sociedades de ahorro y crédito en la China del siglo XII a.n.e.
3. Las
organizaciones para la explotación en común de la tierra de los babilonios.
4. La
colonia comunal mantenida por los esenios a la orilla del Mar Muerto.
5. Sociedades
funerarias y de seguros entre los griegos y los romanos.
6. Los
“ágapes” de los primeros cristianos como forma primitiva de las cooperativas.
7. Vida
agraria entre los germanos.
8. Organizaciones
agrarias y de trabajo entre los pueblos eslavos: el mir y el artel entre los
rusos, la zadruga de los serbios.
9. Agrupaciones
de los campesinos para la transformación de la leche “queserí
10.
Organizaciones para el cultivo de la tierra y el trabajo en las civilizaciones
precolombinas, principalmente entre los incas (ayllus, minka), entre los
aztecas (calpulli, tequio).
11.
Las cajas de comunidad en la época de la colonización española en América
12.
Las colonias de carácter religioso de los inmigrantes en Norte América.
13.
etc.
La
sociedad feudal y más tarde la capitalista desarrollaron aún más la
cooperación, y es precisamente en ésta donde podemos encontrar los antecedentes
más importantes del cooperativismo moderno.
El
período comprendido entre los siglos XVIII y XIX fue decisivo en la historia
del capitalismo pues este sistema logra cambios en la actividad industrial tan
importantes e innovadores que son denominados Revolución Industrial.
Refiriéndose
al colosal desarrollo de la técnica Marx expresaba “…la burguesía con su dominio de clase, con un
siglo de existencia, ha creado fuerzas productivas mas abundantes y grandiosas
que todas las generaciones pasadas juntas…”
·
La aparición de la máquina de vapor.
(1776)
·
La producción de ácido sulfúrico.
(1746).
·
La fotografía (1826).
·
El telégrafo (1844).
·
El teléfono (1876).
·
El motor de combustión interna.
(1885).
Estos
adelantos de la ciencia y la técnica que fueron posibles por el impetuoso
progreso del capitalismo, si bien se convirtieron en patrimonio de la
humanidad, trajeron consigo importantes y trascendentales cambios en el proceso
de acumulación capitalista, que se acompaña de la concentración y
centralización de la producción y el capital, con la consiguiente ampliación de
la producción capitalista, la competencia; aumentando exageradamente la
ganancia de unos capitalistas y la ruina de otros.
Por
otro lado, el aumento del capital a su vez lleva consigo una menor demanda de
fuerza de trabajo, lo que da lugar a un aumento del desempleo, expandiéndose un
proceso que inevitablemente conllevó al empobrecimiento de millones de
trabajadores.
La
revolución industrial fortaleció al capitalismo y con ello la polarización
social.
En
este contexto surge el cooperativismo como respuesta a la convulsión económica
y social imperante, como expresión de un comportamiento, de un enfrentamiento a
la realidad, apoyado en la cooperación, la solidaridad, la ayuda mutua.
Una
vez que surge, se convierte en un importante factor de desarrollo de las
fuerzas productivas, porque amparado por su filosofía humanista exalta la
primacía del ser humano común, asumiendo un rol protagónico en los procesos
socio económicos, el cual desde su surgimiento y hasta la actualidad aprendió y
necesitó la cooperación con el fin de obtener los bienes y servicios
indispensables.
Es
preciso considerar la significativa influencia que ejercieron algunas
publicaciones en el plano subjetivo, a todo lo largo de la historia, para la
conformacion del enfoque teorico metodologico de la doctrina de la cooperacion
y la solidaridad;
entre
las cuales se pueden mencionar:
a).
La Republica de Platón (428-347 a.de C.).
b).
Utopía de Tomas Moro (1480-1535).
c).
La Nueva Atlántida de Francis Bacon (1561-1626).
d).
El Viaje a Icaria de Etienne Cabet (1788-1856).
En
estas obras se puede observar un profundo deseo de organizar la sociedad en una
forma justa y fraternal, eliminando las diferencias de orden económico por
medio de procedimientos de propiedad comunitaria y de trabajo colectivo.
LOS PRECURSORES DEL
COOPERATIVISMO.
Haciendo
justicia y reconociendo meritos no debemos dejarale de hacer honor aquellos
visionarios,que vieron mas alla de su epoca: los precursores del
cooperativismo,entre los primeros se destacan Peter Cornelius Plockboy, quien
en 1659, publica un ensayo en el que proponía la organización de una sociedad
que, conservando la propiedad individual, eliminara la explotación de unos
hombres por otros y distribuyera los beneficios entre los miembros de la
organización; eran una especie de cooperativas integrales de producción y
consumo, efectivas tanto para la agricultura como para la industria.
Por
su parte John Bellers (1654-1725), en 1695 hizo la exposición de sus ideas en
el trabajo titulado “Proposiciones para la Creación de una Asociación de
Trabajo de Todas las Industrias Útiles y de la Agricultura”, en el que propone
la creación de colonias cooperativas de trabajo formadas por medio de acciones;
los fondos se dedicarían a cubrir las necesidades de los socios y a la
ampliación y fortalecimiento de la organización.Considera al trabajo y no al
dinero la verdadera riqueza de una nación.
Al
valorar sus ideas podemos considerar que ya contribuyen a esclarecer cuestiones
como:
a).
La idea bastante desarrollada de ayudarse a si mismo que tienen las masas más
necesitadas de la población en aras de una vida más humana.
b).
Realización de dicha ayuda por medio de la unión de pequeñas fuerzas
económicas, formando de este modo asociaciones libres.
c).
Economías colectivas constituidas por tales asociaciones; las funciones
económicas de los miembros ligados con la producción y el consumo, se
establecen en común por medio de una empresa económica.
d).
Estructura democrática de dichas asociaciones.En la dirección administrativa de
las empresas toman parte todos los socios los cuales eligen los dirigentes
efectivos.
e).
Idea de la supresión de los intermediarios que no son útiles en el engranaje de
la vida económica; la ganancia de estos queda para el productor útil.
f).
Relaciones orgánicas entre la industria y la agricultura, entre la producción y
el consumo.
g).
La necesidad de pasar a la realización de programas prácticos.
Una
buena parte de los principios que forman la base del movimiento cooperativo
moderno están en las ideas de estos dos precursores.
Otros:
Saint-Simon, Charles Fourier, Robert Owen, William King, Phillipe Buchez, Michel
Derrion, Louis Blanc, aunque tuvieron diferentes procedencias, se pronunciaron
contra la explotación y son considerados con toda justeza, los precursores del
cooperativismo moderno.
“Para
los socialistas utópicos la cooperación y el cooperativismo surgen producto de
la falta de correspondencia del capitalismo con los intereses de las amplias
masas de la población, de la necesidad de la naturaleza del hombre, de sus
ideales del bien y la justicia. En ellos hay conciencia de las insatisfacciones
que proporciona el capitalismo, de su irracionalidad, e injusticias económicas
y sociales.” (Consuelo E. Izquierdo Albert.)
Saint
Simon (1760-1825) fue partidario de una nueva sociedad económica que denominó
“República Cooperativa” (Uribe Garzón C:”Bases del Cooperativismo) en la que el
propietario de la producción no fuera el empresario, sino la colectividad. El
futuro pertenecía a la asociación universal, con una distribución en
correspondencia con las capacidades de cada cual y todo ingreso como fuente el
trabajo; además, donde el hombre no explotaría jamás a otros hombres.
Para
Charles Fourier (1772-1837) el trabajo debería ser en sí mismo agradable y
atractivo además de beneficioso desde el punto de vista económico. Para ello,
sostenía la tesis de que todo trabajador debería realizar más de una tarea a
los efectos de evitar la rutina en el trabajo. En las pequeñas comunidades
(falansterios) de Fourier, de hecho, cada trabajador tenía derecho a elegir el
trabajo que quisiera de acuerdo a sus necesidades. Las comunidades, para ello,
debían cumplir con una serie de requisitos: un número ideal de 1600 personas,
con una determinada cantidad de tierra para explotar, un sistema de educación
que permitiera que los niños siguieran naturalmente sus inclinaciones, vida tan
en común como las familias quisieran (lo que habilitaba la propiedad
privada),se dirigirían democráticamente y se formarían en base a la
voluntariedad y la armonía de las diferentes clases sociales; el salario seria
reemplazado por el trabajo asociado con una idílica división de este último, el
crédito agrícola y las tiendas comunales serían el paso previo para su
constitución etc.
Sin
embargo, en vida, Fourier nunca recibió apoyo económico para fundar estas
comunidades. De hecho, los primeros falansterios se desarrollaron en
Norteamérica, a influjo de Albert Brisbane (1809-1890), quien logra fundar
junto a otros discípulos de Fourier algunos de éstos sin mayores éxitos, salvo
en los casos en que se basaron más en los lineamientos cooperativos propiamente
dichos.
Robert
Owen (1771-1858), aunque la base de su doctrina no estuvo en las cooperativas
sino en el sistema fabril y la educación popular, se considera uno de los más
importantes antecesores del movimiento cooperativo, no sólo por lo que hizo en
vida, sino también por el hecho que algunos de sus discípulos fundaron la
sociedad cooperativa de los " Pioneros de Rochdale”. Este reconocido y
atípico empresario soñaba con comunidades de trabajo donde se disolviera por
completo la propiedad privada, lo que lo diferenciaba de Fourier claramente.
Para Owen la base de la producción debía ser industrial y agrícola. Sus ideas,
no obstante, se irían tiñendo de notorias referencias religiosas (El nuevo
mundo moral), lo que lo alejaría de una reflexión más objetiva sobre las
potencialidades reales de las comunidades de trabajo.
Entre
las cooperativas fundadas por Owen y William Thompson, entre 1825 y 1835,
destaca la idea oweniana de una "bolsa nacional" donde se
intercambiaban los productos por medio de "billetes de trabajo", idea
que vuelve a resurgir con fuerza en este tiempo.
Los
socialistas utópicos se caracterizaron por ser tanto hombres de ideas como de
acción. Entre las experiencias concretas inspiradas en estas ideas, debemos
citar el caso de las comunidades de New Lanark (Escocia) y las de New Harmony,
fundadas por Robert Owen, esta última en EUA en el año 1825. Se considera la
comunidad de mayor influencia en el siglo XIX a pesar de sus innumerables
problemas. New Harmony fue pensada por Owen como un modelo igualitario de
organización social y económica, capaz de crear riquezas grandiosas, en el que
se pudieran inspirar tantas otras experiencias.
Las
ideas de Owen se popularizaron en el periódico “El Economista” (1821), donde
utiliza por primera vez el término cooperativa, en la revista “Crisis” (1832),
en la que exalta la idea de la cooperación. A partir de estas ideas y
experiencias prácticas, los propios obreros intentaron como solución a la
problemática social llevar a cabo los postulados de Owen.Se organizaron
cooperativas de diversos tipos, congresos y reuniones para promover estas
entidades a nivel internacional.
El
médico William King (1786-1865) por su parte, concibió la idea de la
cooperación como un medio efectivo de reforma social (9), en este sentido la
autoayuda entre los obreros la consideraba imprescindible para la acción
cooperativa mediante el aporte de sus asociados. Creó cooperativas de consumo y
escuelas de educación cooperativa.
Michel
Derrion (1786-1865), es otro nombre vinculado al desarrollo de las ideas
cooperativas, fundamentó la creación de almacenes cooperativos, al tiempo que
considera al consumidor como determinante en el desarrollo de las cooperativas
por sentirse estimulado y comprometido con la entidad.
Philippe
Buchez (1796-1865) puede ser considerado ciertamente el "padre del
cooperativismo francés”. Analiza un sistema de principios fundamentales de la
cooperación, que se corresponden en su mayoría con las del cooperativismo en
general.
Planteó
el principio de la democracia y la distribución de los ingresos en
correspondencia con el trabajo de cada socios criterio era que los trabajadores
debían ayudarse entre si y el Estado no debía intervenir ya que con una buena
conducción de la empresa esta iría creciendo y obteniendo excedentes hasta
formar un fondo común para realizar transformaciones en beneficio de la clase
obrera. Tenía la idea de un banco Central del Estado para administrar los
fondos y transformar la sociedad sobre bases cooperativas.
Las
ideas cooperativas tienen repercusión también en el periodista Louis Blanc
(1812-1882) quien popularizó en Francia las cooperativas obreras de producción.
Sus ideas se manifiestan en torno a las relaciones Estado –Cooperativa, a la
autonomía de las cooperativas, a la organización del trabajo.
Las
ideas de estos precursores han ayudado a formar una concepción cooperativa y a
precisar los principios que se hallan en la base de la organización, así como
al funcionamiento de las instituciones cooperativas modernas, con lo que el
movimiento cooperativo adquiere el carácter de sistema económico y de una
acción social unitaria.
Las
características fundamentales del cooperativismo, que se destacan en los
precursores y que en general son aceptados en nuestros días son:
1).
La idea de la asociación en si misma. La cooperación concreta la unión de las
fuerzas económicas por la persecución de un objetivo común .Ella establece el
principio de la armonía para la vida y no de la lucha por la vida.
2).
La cooperación es una acción emancipadora de las clases trabajadoras, que parte
de la idea de la organización de los intereses del trabajo.
3).
Esta organización del trabajo, esta acción emancipadora de las clases
trabajadoras se hace por iniciativa de los interesados. Se trata de una acción
de auto asistencia.
4).
La cooperación hace un llamado al hombre para que se asocie con sus semejantes.
En ella el capital no es sino un medio para alcanzar los objetivos de la
institución. La cooperación no se propone realizar ganancias sino servir a los
asociados.
5).
La cooperativa representa una economía colectiva. Todas las funciones
económicas de los adherentes, o sólo una parte de ellos pasan a formar parte de
una empresa común.
6).
Cada unidad cooperativa no es considerada un hecho aislado, sino como una
célula de una gran organización (movimiento) puesta al servicio del interés
general.
7).
Esta organización debe ser considerada como de carácter perpetuo. Por medio de
los fondos reunidos por diversas instituciones a través de los años, se
persigue la formación de los fondos colectivos, que luego servirían al futuro
desarrollo de movimiento.
Estos
pensadores en su conjunto esbozaron cuestiones fundamentales en el orden
teórico y metodológico que sirvieron para delinear los principios, valores y
naturaleza de la empresa cooperativa; así mismo son los primeros en abordar el
cooperativismo en sus diferentes formas, como alternativa frente al
capitalismo.
Gracias
al aporte de los grandes precursores se ha llegado a una precisión casi
completa de las ideas que permanecieron en la base de la organización
cooperativa.
LAS EXPERIENCIAS DEL
COOPERATIVISMO.
La
organización definitiva de la doctrina del cooperativismo se efectuó en
conexión con el desarrollo práctico del movimiento sobre todo por la
contribución de los “Pioneros de Rochdale”, quines concretaron con precisión el
método cooperativo y colocaron la piedra angular del edificio de lo que se dio
en llamar: movimiento socioeconómico del cooperativismo.
La Experiencia de
Rochdale.
La
cooperación no nació en Rochdale, pero fue la mejor organizada, con la creación
de esta cooperativa, que marcó una inflexión en el cooperativismo moderno, no
fue sólo una realización práctica, en que el éxito se debió a las cualidades de
los realizadores, sino que desde su inicio estableció un programa completo que
contenía los principios teóricos y las reglas prácticas de la organización y
funcionamiento de las cooperativas de consumo.
El
programa que usaron como punto de partida los Pioneros de Rochdale señalaba lo
siguiente “La sociedad tiene por fin y
por objeto la obtención de un beneficio pecuniario y de mejorar las condiciones
domésticas y sociales de sus miembros por medio del ahorro de un capital
dividido en acciones de una libra (25 francos oro), a fin de llevar a la
práctica los siguientes planes.”
ü “Abrir
un almacén para la venta de aprovisionamiento, vestimenta etc.”
ü “Adquirir
o edificar cierto número de casas para destinarla a los miembros que deseen
ayudarse mutuamente para mejorar su condición doméstica y social.”
ü “Iniciar
la manufactura de los productos que la institución considere convenientes para
su uso por los miembros que se hallaren sin trabajo, o de los que tuvieron
reducciones respetables de sus salarios.”
ü “Con
el fin de dar a sus miembros más seguridad y bienestar, la sociedad tomará en
arriendo una tierra, la cual será cultivada por los miembros sin trabajo, o
cuyo trabajo este mal remunerado.”
ü “Cuando
sea posible, la sociedad procederá a organizar las fuerzas de la producción, la
distribución, la educación y su propio gobierno; en otros términos, establecerá
una colonia de naturales de la región, la que se sostendrá por sus propios
medios y en la cual los intereses serán comunes. La sociedad acudirá en ayuda
de otras sociedades cooperativas para establecer colonias semejantes”
ü “Con
el fin de fomentar la sobriedad, será habilitada una sala de templanza, cuando
sea posible, en una de las casas de la sociedad”. (Gromoslav Mladenaz:”Historia
de las Doctrinas Cooperativas”.
Como
se puede ver el proyecto de Rochdale, tenía como objetivo mejorar las
condiciones domésticas y sociales de sus miembros, a partir de un capital
inicial, que se emplearía en la apertura de un almacén de ventas, la
construcción de viviendas, adquisición de tierras para ser cultivadas por sus
socios, organizar la producción, distribución y educación, formando una empresa
que según sus previsiones, en breve plazo ayudaría a futuras sociedades
cooperativas.
Rochdale
mostró la capacidad de organización de los sectores populares, marcó el inicio
del cooperativismo mundial, demostró la factibilidad de la cooperación desde el
punto de vista económico y social, así como la divulgación de la doctrina
cooperativa.
La
experiencia que llevó a cabo Herman Schulze-Delitzsch (1808-1883) llevaba a la
creación de organizaciones cooperativas de las clases medias de las ciudades,
pequeños patronos, artesanos y comerciantes; para lo cual organizó congresos,
redactó el proyecto básico de la ley alemana de cooperativas y realizó una
intensa labor en el desarrollo del crédito urbano.
Creía
firmemente en que sólo por la vía de la asociación, se consolidaba la actividad
del individuo y podía elevarse el nivel general de la sociedad. Así lo expresa
en una carta que envía al profesor italiano Francesco Vigano: “A través de las
asociaciones es como la sociedad moderna da forma a su irresistible iniciativa
para ejercer eficazmente su acción en todas las esferas de la vida, hasta la
cual el estado con todo su poder no puede llegar. La asociación nos enseña así
mismo a gobernarnos por nosotros, tanto en la vida privada como en la vida
pública; a través de dicha escuela es como el individuo resulta capacitado para
trabajar en bien de toda la comunidad de la que forma parte…la sociedad no
puede prosperar sino es por medio de la unión de todas las actividades
humanitarias, económicas, políticas”. (Consuelo E. Izquierdo Albert).
Las
cooperativas de tipo rural fueron creadas por Friedrich W. Raiffeisen
(1818-1888), quien fundamentó la metodología para el funcionamiento de las
cooperativas de créditos rurales o cajas populares de crédito, las que tuvieron
gran impacto social al disminuir las tasas de interés, estimulando los créditos
en la esfera agropecuaria, y por ende su desarrollo.
Raiffeisen
fundó además una sociedad de crédito sobre la base del principio de la
responsabilidad solidaria, donde sus miembros no aportaban capital ni recibían
utilidades. Esta sociedad se multiplicó por su éxito.
Otra
contribución fue la de Charles Gide (1847-1932), quien proponía acciones para
crear un nuevo sistema económico social o “Republica Cooperativa”; a él se debe
la fundación de la “Escuela de Nimes”, se oponía a la existencia del orden
natural sostenido por el liberalismo económico, estimando que las leyes de la
oferta y la demanda no bastaban para asegurar el precio justo y la igualdad;
sino que eran necesarios cambios más radicales.
Se
destacaron otros teóricos y prácticos del cooperativismo, entre ellos merece
destacarse Georges Fauquet, Bernard Lavergne, Ernest Poisson, Georges Lasserre
y Poul Lambert, quienes profundizaron en las bases del cooperativismo, en la
concepción de la democracia, el carácter polifacético de la cooperación y sus
dimensiones.
A
partir de estas experiencias las cooperativas han crecido en el seno de cinco
tradiciones distintas; las cooperativas de consumo cuyos orígenes durante mucho
tiempo se asociaron popularmente a los Pioneros de Rochdale; las cooperativas
de trabajo que al comienzo tuvieron su mayor fuerza en Francia; las
cooperativas de crédito que en gran medida se originaron en Alemania; las
cooperativas agrícolas que tuvieron sus primeras raíces en Dinamarca y Alemania
y las cooperativas de servicios como las de vivienda y las consagradas a la
salud que surgieron en numerosos sitios de la Europa industrial, cuando el siglo
tocaba a su fin.
Todas
estas prácticas florecieron, aunque con grados diferentes de éxito, en la
mayoría de los países europeos en el siglo XIX; todas ellas se extendieron a la
mayor parte del resto del mundo en el siglo XX y principios del XXI.
Al
estudiar la cooperación, Marx considera que constituye un momento
cualitativamente nuevo del desarrollo de las fuerzas productivas, como forma
superior y más productiva en lo económico y lo social, en contraposición al
trabajo aislado.
A
su vez Marx enfatiza que “la cooperación,
no tiende a potenciar la fuerza productiva individual, sino a crear una fuerza
productiva nueva, con la necesaria característica de fuerza de masa” con lo que deja claro su criterio de que la
cooperación es condición esencial para el desarrollo de las fuerzas
productivas. En esta superioridad de la cooperación, radica, precisamente la
base metodologica para contraponer el cooperativismo a la pequeña propiedad
privada aislada económicamente.
El
punto de vista de Marx destaca al cooperativismo como un movimiento social, que
puede contribuir a la transformación de la sociedad. Al estudiar el
cooperativismo en Europa refiere:”El
movimiento cooperativista es una de las fuerzas que transforman la sociedad
contemporánea basada en el antagonismo de clase. El gran mérito de este
movimiento consiste en que muestra en la práctica la posibilidad de sustituir
el actual despótico sistema de subordinación del trabajo al capital, causa del
pauperismo, con el sistema republicano y benéfico de asociación de productores
libres e iguales”.
Engels,
en su obra “El Problema Campesino en Francia y Alemania” aborda la existencia
de cooperativas: unas formadas por pequeños campesinos en el interior del
capitalismo, para la compra de abonos, cañerías de drenaje, simiente etc. Y
para la venta de productos, también las recomienda para los campesinos grandes
y medianos que perecen bajo la explotación de las haciendas capitalistas.
Tanto
Engels como Marx estudiaron fundamentalmente el cooperativismo en la esfera
agraria, motivados quizás por las características de esta rama y la situación del campesinado.
Lenin
por su parte aborda la problemática del cooperativismo como forma de
organización de la producción y de propiedad.
Al
respecto, Lenin reflexionó en torno al papel de las cooperativas como
instrumento de lucha de la clase obrera, al que consideró “un elemento básico
para el desarrollo de las fuerzas productivas, (…) donde la presencia de una
economía mixta era insoslayable”, al propio tiempo lo concibió como método de
administrar y organizar la producción.
LA
ECONOMÍA SOLIDARIA O SOCIAL UN NUEVO MARCO CONCEPTUAL DE LA COOPERACION
La
necesidad de un concepto integrador de la economía social
La
Economía Social es un concepto con múltiples significados; Pero que viene
creciendo y ocupando espacios tanto en la economía real como en el campo
académico y en las políticas públicas.
Entre
los más recientes proyectos de seguimiento y estudio internacional de la
Econmia social resaltan el Observatorio Español de la Economía Social y el
Observatorio Iberoamericano del Empleo y la Economía Social y Cooperativa, la Fundación Iberoamericana de Economía Social cuya finalidad es la
promoción de las empresas y actividades de Economía Social en Iberoamérica.
Pero hasta hoy no hay acuerdo
consensual en torno a la definición de economía social.
En opinión de algunos autores el concepto de economía social debe
incluir sólo organizaciones económicas aunque otros proponen incorporarle
también a organizaciones voluntarias no lucrativas. Puede ser equivalente a las
expresiones de economía popular, economía alternativa, economía solidaria (más
frecuente su uso en Colombia), economía de la proximidad (expresión empleada en
regiones en España como la economía para el desarrollo local, en contraste con
la de la globalización).
En un estudio reciente contratado
por la Comunidad Europea sobre la Economía Social en Europa (CIRIEC
Internacional, 2008), se asumió que, en general, son organizaciones
democráticas, cuyos socios controlan mayoritaria o exclusivamente el poder de
decisión de la organización, tales como cooperativas, sociedades laborales,
mutuales, fundaciones, asociaciones de utilidad pública, centros especiales de
empleo y empresas de inserción social.
A pesar de que no hay acuerdo sobre
el concepto de economía social, existe consenso en que lo integran diversos
tipos de organizaciones, pero en todas las definiciones se incluye
especialmente a las asociaciones cooperativas, un tipo de organización que
sirve a sus integrantes y a la vez a la comunidad, por lo que viene creciendo
su reconocimiento y apoyo internacional.
Así la promoción de cooperativas
como sujeto estelar en la constelación de la economía social viene siendo
estimulada desde varias instituciones internacionales, destacando la
Organización Internacional del Trabajo, de las Naciones Unidas. Esto señala una
percepción consensual a nivel mundial sobre el reconocimiento de la importancia
de las cooperativas y la conveniencia de diseñar políticas
públicas para promover cooperativas como instrumento para el desarrollo
sustentable.
La discusión sobre el concepto de
economía social y los estímulos que deben dárseles a las organizaciones que la
integran y siguen sus principios no es un simple problema académico, sino que
abarca un conjunto de instrumentos que la sociedad y el Estado deben darle
seguimiento. Por ejemplo, para estimular a las organizaciones de economía
social, el Estado y sus empresas pueden ofrecer ventajas en acceso a contratos.
En este sentido vale resaltar que recientemente
se realizó un estudio internacional en el cual se consultó a profesionales de
las ciencias sociales, académicos y funcionarios de instituciones
gubernamentales que diseñan o ejecutan políticas públicas para organizaciones
de economía social, sobre cuál es la definición aplicada en sus países y cuáles
organizaciones comprenden (Delvetere y Fonteneau, 2003). Las respuestas
indicaron la existencia de una gran diversidad de organizaciones que se
ordenaron en tres estratos.
Organizaciones
dentro y fuera de una definición de Economía Social en un estudio internacional comparado.
Organizaciones dentro de la definición
de Economía Social:
1- Cooperativas.
2- Asociaciones de Bienestar
3- Grupos de Edad
4- Asociaciones de Barrio
5- Asociaciones Profesionales.
6- Grupos Cívicos
7- Clubes Sociales
8- Organizaciones de Base
9- Organizaciones de Base
10- Grupos Populares
11- Agrupaciones de defensa del Medio Ambiente
12- Grupos de Mujeres
13- Grupos de Jóvenes
14- Grupos de Autoayuda.
15- Movimientos Sociales
16- Organizaciones sin Fines de Lucro
17- Organizaciones Comunitarias.
A
partir de los años 80 del siglo XX, en que el capitalismo atraviesa una
profunda crisis, el cooperativismo conceptualmente, se circunscribe en torno a
la llamada Economía Social o Solidaria.
El
termino Economía Social, aunque pueda parecerlo, no es algo nuevo y exclusivo
del siglo XX. Ya en 1830 Charles Dunayer publicó en París un nuevo Tratado de
la Economía Social y por esas mismas fechas, en Lovaina, se impartió un Curso
de Economía Social. No obstante, durante muchos años, el término Economía
Social ha sido uno más junto a otros como "Tercer Sector",
"Nonprofit Sector", "Economía Asociativa", "Tercer
Sistema", "Economía Solidaria" o "Economía de Interés
General", entre otros.
La Economía
Social es definida como: "Toda actividad económica, basada en la
asociación de personas en entidades de tipo democrático y participativo, con la
primacía de las aportaciones personales y de trabajo sobre el capital. Los
modelos de sociedades que configuran este sector son: a) Las cooperativas y
sociedades laborales; b) las mutualidades y mutuas; c) las asociaciones y
fundaciones y otras entidades que respeten los principios de la Economía
Social." (En el I Congreso de la
Economía Social celebrado en Madrid el
11 de diciembre de 1992)
El
término Economía Social fue definido por la Comisión de las Comunidades
Europeas en su Comunicación al Consejo de fecha 18 de Diciembre de 1989 de la
siguiente manera: "Una empresa pertenece a la Economía Social si su
actividad productiva se basa en técnicas de organización específicas. Estas
técnicas se fundamentan en los principios de solidaridad y participación (que
normalmente responde a la norma un hombre un voto) entre sus miembros, sean
estos productores, usuarios o consumidores, así como en los valores de
autonomía y de ciudadanía. En general estas empresas adoptan la forma jurídica
de cooperativa, mutua o asociación". (CMAF-Comité Consultivo de la
Comisión Europea de las Cooperativas, Mutualidades, Asociaciones, Septiembre
1999)
Se
destacan un conjunto de características comunes que diferencian a las
organizaciones de la Economía Social frente a las empresas de capital:
•
Primacía del hombre y del objeto social sobre el capital; a excepción de las
fundaciones, todas son empresas de personas.
•
Adhesión voluntaria y abierta y control democrático por sus miembros desde la
base.
•
Conjunción de intereses de los miembros, usuarios y/o de interés general.
•
Defensa y aplicación del principio de solidaridad y de responsabilidad.
•
Autonomía de gestión e independencia de los poderes públicos.
•
Aplicación de los excedentes al objeto social mediante su reinversión o
distribución según los deseos de sus miembros para creación de empleo, de
actividades, de nuevas empresas, retorno sobre los capitales invertidos,
servicio a los miembros, actividades socioculturales, etc.
Nuestro
planteamiento es incorporar el liderazgo del cooperativismo, como elemento
capaz de caracterizar a la Economía Social con respecto a la mayoría de los
elementos de la definición anterior, por su dimensión histórica, su importancia
en todos los sectores económicos, su extensión a todos los continentes, su
arraigo en importantes colectivos sociales, sus reglas de funcionamiento y su
reconocimiento jurídico.
LA IDENTIDAD COOPERATIVA,
UNA CONCLUSIÓN TEÓRICA, METODOLOGICA Y PRÁCTICA
Los
elementos teóricos, metodológicos, prácticos aquí analizados, permitieron
desarrollar al cooperativismo y distinguirlo, diferenciarlo, con las
especificidades que marcan su singularidad, quedó establecida su identidad
cooperativa, que alcanza en la experiencia de Rochdale, una concreción, un
desarrollo; pues aquí se establecieron sus perfiles esenciales.
La
Alianza Cooperativa Internacional (A.C.I.) ha señalado”Sobre la Identidad
Cooperativa se cimentará la cultura de la solidaridad y debemos lograr
diferenciarnos de los demás modelos empresariales” (Alianza Cooperativa
Internacional, (ACI) Manchester, Inglaterra 1995). Para ello ha tenido en
cuenta introducir algunos perfiles en la identidad cooperativa, teniendo como
precedente una larga experiencia acumulada tanto teórica como práctica, ellos
son: principios, valores, y el concepto de empresa cooperativa. Ellos son:
Primero: "ASOCIACIÓN
VOLUNTARIA Y ABIERTA"
Las
cooperativas son organizaciones voluntarias, abiertas a todas las personas
capaces de utilizar sus servicios y dispuestas a aceptar las responsabilidades
de asociarse, sin discriminaciones raciales, políticas, religiosas, sociales y
de género.
Segundo: "ADMINISTRACIÓN
DEMOCRÁTICA POR LOS ASOCIADOS"
Las
cooperativas son organizaciones democráticamente administradas por sus
asociados, quienes participan activamente en la fijación de políticas y en la
toma de decisiones. Los hombres y mujeres, elegidos como representantes son
responsables ante los asociados. En las cooperativas primarias los asociados
tienen guales derechos de voto (un asociado, un voto) y las cooperativas de
otros niveles se organizan asimismo en forma democrática.
Tercero:
"PARTICIPACIÓN ECONÓMICA DE LOS ASOCIADOS"
Los
asociados contribuyen equitativamente a la formación del capital de su
cooperativa y lo administran democráticamente. Por lo general, al menos una
parte de ese capital es propiedad común de la cooperativa. Los asociados suelen
recibir una compensación limitada, si acaso alguna, sobre el capital suscripto
como condición para asociarse. Destinan los excedentes a todos o alguno de los
siguientes fines: el desarrollo de la cooperativa, mediante la constitución de
reservas de las cuales una parte al menos debe ser indivisible; la distribución
a los asociados en proporción a sus operaciones con la cooperativa y el apoyo a
otras actividades aprobadas por los asociados.
Cuarto: “AUTONOMIA E
INDEPENDENCIA”
Las
cooperativas son organizaciones autónomas de autoayuda administradas por sus
asociados. Si intervienen en acuerdos con otras organizaciones, incluidos los
gobiernos, o captan capital de fuentes externas, lo hacen en términos que
aseguren el control por parte de los asociados y mantengan su autonomía
cooperativa.
Quinto: "EDUCACIÓN,
FORMACIÓN E INFORMACIÓN"
Las
cooperativas brindan educación y capacitación a sus asociados, representantes
elegidos, funcionarios y empleados, de manera que puedan contribuir
efectivamente al desarrollo de ellas. Informan al público en general,
particularmente a los jóvenes y a los líderes de opinión, acerca de la
naturaleza y los beneficios de la cooperación.
Sexto: "COOPERACIÓN
ENTRE COOPERATIVAS"
Las cooperativas
sirven más eficientemente a sus asociados y fortalecen al movimiento
cooperativo trabajando mancomunadamente a través de estructuras locales,
nacionales, regionales e internacionales.
Séptimo: "INTERÉS POR
LA COMUNIDAD"
A
la vez que atienden las necesidades de sus asociados, las cooperativas trabajan
en pro del desarrollo sustentable de sus comunidades mediante políticas
aprobadas por aquéllos.
Los
principios que constituyen la esencia de las cooperativas no son independientes
unos de otros. Están unidos por tenues lazos y cuando se ignora uno, los otros
se resienten. Las cooperativas no deberían ser juzgadas exclusivamente en base
a uno cualquiera de los principios sino que se las debería evaluar por la
manera en que adhieren a los principios como una totalidad. (Alianza Cooperativa Internacional, (ACI)
Manchester, Inglaterra 1995).
VALORES DEL COOPERATIVISMO.
"Las
cooperativas se basan en los valores de autoayuda, auto responsabilidad,
democracia, igualdad, equidad y solidaridad" y de la tradición de los
fundadores, los asociados de las cooperativas sostienen los valores éticos de
honestidad, apertura, responsabilidad social y preocupación por los demás.
Este
conjunto de valores cooperativos básicos, constituyen el fundamento
inmodificable sobre el que se basan las cooperativas, son valores que se pueden
hallar en todo tipo de organizaciones, pero son particularmente sólidos e
innegables en la empresa cooperativa.
DEFINICIÓN DE UNA
COOPERATIVA.
Se
define una cooperativa de la siguiente manera: "Una cooperativa es una
asociación autónoma de personas que se unen voluntariamente para satisfacer sus
comunes necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales, por medio
de una empresa de propiedad conjunta democráticamente administrada".
Esta
definición pretende ser una declaración mínima; no aspira a ser una descripción
de la cooperativa "perfecta". Intencionalmente es de vasto alcance al
reconocer que los asociados de los diversos tipos de cooperativas estarán
diferentemente comprometidos y deberán tener cierta libertad para organizar sus
actividades.
La definición destaca las
siguientes características de una cooperativa:
a) La
cooperativa es autónoma, es decir que es tan independiente como sea posible del
gobierno y de las empresas privadas.
b)
Es una "asociación de personas". Esto significa que las cooperativas
tienen libertad para definir a las "personas" en cualquier forma
legal que elijan. Muchas cooperativas primarias aceptan a "personas
jurídicas", que en muchas jurisdicciones incluyen a sociedades,
otorgándoles los mismos derechos que a cualquier otro asociado. Las
cooperativas de segundo y tercer grado no primarias), son por lo general
cooperativas cuyos asociados son otras cooperativas. En todos los casos, serán
los asociados quienes decidirán de qué manera desean que la cooperativa aborde
este tema.
c)
Las personas se han unido "voluntariamente". Ser asociado a una
cooperativa no deberá ser obligatorio. Los asociados deberán tener la libertad,
dentro de los propósitos y recursos de las cooperativas, de unirse a ellas o de
abandonarlas.
d)
Los asociados de una cooperativa "satisfacen sus comunes necesidades
económicas, sociales y culturales". Esta parte de la definición destaca
que son los asociados quienes organizan sus cooperativas para sus asociados.
Las necesidades de los asociados pueden ser singulares y limitadas, pueden ser
variadas, sociales y culturales o puramente económicas, pero cualesquiera sean
las necesidades, su satisfacción constituye el objetivo central que determina
la existencia de la cooperativa.
e)
La cooperativa es "una empresa de propiedad conjunta económicamente
administrada". Esta frase destaca que la propiedad se distribuye entre los
asociados sobre bases democráticas. Estas dos características de la propiedad
son particularmente importantes para la diferenciación de las cooperativas de
otros tipos de organizaciones como las empresas controladas por el capital o
controladas por el Estado. Cada cooperativa es asimismo una "empresa"
en el sentido que es una entidad organizada que normalmente funciona en el
mercado; debe esforzarse por servir a sus asociados con eficiencia y de manera
efectiva.
Es
una definición de cooperativa, concebida para ser aplicable a las cooperativas
de todos los sectores y todos los países.
Estos
tres elementos, la A.C.I. los considera una unidad indisoluble, íntimamente
relacionados, se complementan y refuerzan unos a otros, concediéndole una
reconocida singularidad.
Los
valores éticos de honestidad, apertura, responsabilidad social y preocupación
por los demás.
La
Cooperativa de Rochdale, estaban especialmente comprometida con la honestidad;
claro está que sus esfuerzos se destacaron en el mercado, porque se insistía en
los pesos y medidas exactos, la buena calidad y los precios justos. También a
realizar transacciones con no asociados sobre las mismas bases de honestidad.
Por ese motivo tuvo una tendencia hacía la apertura, poniendo en conocimiento
de sus asociados, del público y del gobierno, información sobre sus
operaciones.
La
cooperativa mantuvo preocupación por las condiciones domésticas y sociales de
sus miembros. En consecuencia, batalló por ser socialmente responsables en
todas sus actividades.
Dentro
de sus posibilidades económicas en el largo plazo previó, brindar ayuda para el
desarrollo de futuras sociedades cooperativas.
Fue
concebida la idea de que principios y valores se expresaran a través de la
célula fundamental del cooperativismo, la Empresa Cooperativa, distinguida ante
todo por ser una empresa económica con elevada finalidad social.
De
este modo los tejedores de Rochdale deben ser considerados como los verdaderos
creadores de la cooperación moderna de consumo, porque en su programa por
primera vez, se plasmaron un conjunto de principios, valores y se concibió un
tipo de empresa que a partir de ese momento identificaría al cooperativismo.
En
tal sentido expresaba Charles Gide, que los elementos que identificaban al
cooperativismo estaban tan bien establecidos, que la experiencia se ha limitado
a transcribirlos, por lo que lo consideró el acontecimiento más importante de
la Historia Económica. (Las Sociedades Cooperativas Agrícolas, Paris 1924).
Refiriéndose
a ello también, expresaba Franz Stadinger, “En ellos ha brillado uno de los
pensamientos que no aparecen sino una sola vez cada cien años”. (Historia de la Doctrinas Cooperativas).
Teniendo
en cuenta lo anterior hemos visto que el cooperativismo ha surgido y se ha
desarrollado a partir de principios que han guiado su accionar de valores que
muestran su significación, lo que se ha expresado a través de una empresa que conjuga armónicamente lo económico y lo
social, para contribuir al desarrollo de la sociedad y a la transformación del
orden económico existente.
Estos
principios, valores y empresa con independencia de las diferencias de formas
que ha adoptado, de lugares en que se ha desarrollado y de las condiciones en
que lo ha hecho, son expresión de la igualdad del cooperativismo consigo mismo,
ha unido a sus miembros y se vinculan a su pertenencia, asumiendo así su propia
identidad, que lo hacen tal y no otro, que lo hacen parte integral de su
naturaleza y le impregna significación, diferenciándolo de otros procesos y
fenómenos de carácter social.
El
cooperativismo, su identidad, ha alcanzado una gran expansión en la esfera
internacional, pero también el capitalismo mundial ha sufrido profundas
modificaciones y cambios económicos, políticos, sociales y culturales que en
las últimas décadas afecta a todos y especialmente a los de menor desarrollo,
por su alto costo social, lo cual impone ineludiblemente la búsqueda de alternativas,
contrapuestas al modelo impuesto por la economia de mercado. Por ello el
análisis de los fundamentos teóricos metodológicos del cooperativismo, sus
posibilidades de contribuir a una alternativa, adquieren renovada actualidad a
partir del debate que hay sobre la Globalización, por lo menos, la que trata de
imponer el capital por sobre el capital humano.
FUNDAMENTO DEL
COOPERATIVISMO
El
cooperativismo, contiene sus fundamentos básicos a partir de los cuales se
desarrolla y se extiende en el tiempo, concretando así, la cooperación, la
acción colectiva, el humanismo, la inclusión económica y social etc.
Para
ello, es elemental, examinar los elementos que conforman la identidad
cooperativa (principios, valores y la empresa cooperativa).
Las
cooperativas se fundan en la igualdad. La unidad básica de la cooperativa es el
asociado que es o un ser humano o bien un grupo de seres humanos. Este
fundamento en el ser humano es una de las principales características que
distinguen a una cooperativa de las empresas controladas primariamente en
interés del capital. Los asociados tienen derecho a participar, derecho a ser
informados, derecho a ser oídos y derecho a intervenir en la toma de
decisiones.
El
último valor operativo es la "solidaridad". Este valor tiene una
larga y sagrada historia en el movimiento internacional. En las cooperativas,
este valor asegura que la acción común no sea meramente una forma encubierta de
interés limitado a uno mismo.
Una
cooperativa es más que una agrupación de asociados, es también una
colectividad. Los asociados tienen la responsabilidad de asegurar que todos
ellos reciben el trato más justo posible; que no se pierda nunca de vista el
interés general; que exista un esfuerzo permanente por dar un trato justo a los
empleados (sean estos asociados o no), así como a las personas no asociadas
vinculadas a la cooperativa.
Solidaridad
también significa que la cooperativa es responsable por el interés colectivo de
sus asociados. En particular indica que hasta cierto punto, los activos económicos,
financieros y sociales de la cooperativa pertenecen al grupo; son el resultado
de las energías y la participación conjunta. En este sentido, el valor de la
solidaridad llama la atención sobre el hecho de que las cooperativas son algo
más que una simple asociación de individuos; constituyen afirmaciones de fuerza
colectiva y responsabilidad mutua.
Solidaridad,
significa que cooperativistas y cooperativas permanecen juntos. Aspiran a crear
un movimiento cooperativo unido a nivel local, nacional, regional e
internacional. Cooperan en todas las formas prácticas para ofrecer a los
asociados bienes y servicios de la mejor calidad a los precios más reducidos.
Trabajan juntos para presentar un frente común al público y a los gobiernos.
Aceptan que existe una comunidad entre todas las cooperativas,
independientemente de la diversidad de sus objetivos y diferentes.
Además,
“solidaridad representa humanismo, independencia, tan necesarios hoy en la fundamentación de una
alternativa a la Globalización Neoliberal.”
(Fidel Castro).
Se
podría decir con razón, que los valores éticos a los que aspiran las
cooperativas influyen en las actividades de algunas organizaciones controladas
por el capital y aquellas de propiedad del Estado. Se los incluye, sin embargo,
porque ocupan un lugar especial dentro de las tradiciones cooperativas. En
particular, tuvieron una influencia fundamental sobre los diversos tipos de
cooperativas cuando surgieron en el siglo XIX.
Aparte
de una especial tradición de honestidad, las cooperativas han aspirado también
a realizar transacciones con no asociados sobre las mismas bases de honestidad.
Por ese motivo tienen una tendencia hacía la apertura: son organizaciones que
en forma regular ponen en conocimiento de sus asociados, del público y de los
gobiernos, considerable información sobre sus operaciones.
Los
otros valores éticos emanan de las relaciones especiales que las cooperativas
mantienen con sus comunidades: están abiertas a los miembros de esas
comunidades y han asumido el compromiso de asistir a las personas para que se
ayuden a si mismas. Son instituciones colectivas que existen en una o más
comunidades. Han heredado tradiciones de preocupación por la salud de los
individuos en las comunidades. Tienen en consecuencia, obligación de esforzarse
por ser socialmente responsables "en todas sus actividades”.
Dentro
de sus posibilidades económicas para hacerlo, muchas cooperativas han
demostrado también una notable capacidad para cuidar de los demás. Muchas son
las que han realizado importantes contribuciones de recursos humanos y
financieros a sus comunidades. Son numerosas las que han brindado importante
ayuda para el crecimiento de las cooperativas en el mundo en desarrollo. Esta
es una tradición que debería enorgullecer a los cooperativistas y refleja un
valor en el que deberían poner el acento.
En
síntesis, honestidad, responsabilidad social y preocupación por los demás son
valores que se pueden hallar en todo tipo de organizaciones, pero son
particularmente sólidos e innegables en la empresa cooperativa.
Los valores del
cooperativismo aportan un sentido, una razón de ser, y marcan la posibilidad
objetiva de una alternativa, pues coinciden con los valores de la mayoría de la
humanidad y no con una parte minoritaria de ella. Con
el tiempo, esta posibilidad se convierte cada vez más en una necesidad, en la
medida que el capitalismo Globalizado se
hace incompatible con la vida humana, en la medida en que se hace más
irracional y se acompaña de un proceso de generación y de agudización de todo
un conjunto de problemas globales que atentan contra la supervivencia misma de
la humanidad.
Economía de la solidaridad: realidad, concepto y proyecto
alternativo
REALIDAD
Si algo
caracteriza al actual modelo social excluyente es su extrema crueldad.
El
desmantelamiento parcial del Estado del Bienestar , las millonarias plusvalías
del sector financiero producto de la especulación y la concentración de la
riqueza, cada vez más, en pocas manos
parecen haber sido las notas dominantes de la llamada economía neoliberal
sumiendo en la miseria a cientos de millones de familias por todo el mundo.
Durante
largos tiempos se ha venido insistiendo,
reiteradamente, “que nuestra única esperanza de salvación social residía en la
apertura o globalización de los mercados. Su proverbial tendencia a la
autorregulación acabaría dando como resultado la creación del empleo y una
generalizada transferencia de la riqueza de arriba a abajo. Si no se interfiere
en el natural funcionamiento de la economía, si se ponen todos los medios para
que este funcionamiento no se vea interrumpido por ninguna rigidez, el
crecimiento económico acaba produciendo riqueza y empleo para todos.
«En una
marea alta todos los barcos flotan»”, decían los publicistas del
neoliberalismo. Sin embargo, el curso de estos últimos 30 años y la actual crisis
financiera y alimentaria global se han encargado, no obstante, en demostrar lo contrario.
La economía neoliberal no ha producido, en ningún momento, el bienestar
prometido, por el contrario diez años después de implantada la
globalización neoliberal, al inicio de la primera década del 2000, los
resultados han sido, por un lado la concentración y centralización de las
riquezas en cada vez menos personas y países y por el otro, el incremento
desproporcionado de la pobreza, la contaminación ambiental, la destrucción de
los recursos naturales, el incremento de la criminación racial, étnica y de
genero, la marginalidad, el hambre, la miseria, la violencia, etc., marginando
así, a mas del 50% de la Población Mundial.
En
América Latina, “según cifras de la CEPAL al 2005, veinticinco años después de
implantado un modelo económico neoliberal en América Latina, un 40.6% de los
latinoamericanos son pobres, con ingresos percápita por debajo de 2 dólares
diarios, y un 16.8% vive en pobreza extrema, con un ingreso menor a 1 dólar
diario. Asimismo, América Latina evidencia una de las distribuciones de ingreso
más desiguales del mundo. Durante los años 90, la desigualdad en el ingreso
aumentó en casi todos los países de la región. A finales de esa década, el 20%
de la población más rica concentraba un 60% de los ingresos disponibles, en
tanto el 20% más pobre recibía solamente un 3%”1.
La
Globalización como proceso objetivo, asentado en el funcionamiento de las leyes
del desarrollo socioeconómico, como expresión de la tendencia a la
internacionalización del ciclo completo del capital a nivel mundial, se
desarrolla, distinguiéndose por su multidimensionalidad, no se limita a la
esfera científico técnica y económica, sino que abarca numerosas tendencias en
otros campos como el social, el ambiental, el político, el institucional, el
cultural y otros. (Martínez Osvaldo, Globalización de la Economía Mundial: La Realidad y el
Mito).
El
avance de estas tendencias globalizadoras encontró un marco propicio de
desarrollo en la amplia difusión internacional alcanzada por las concepciones
económicas neoliberales asentadas en: liberalización, privatización,
desregulación., sirviendo de fundamento ideo político al proceso globalizador.
Estamos
en una economía donde el control global de los procesos de producción y
distribución, los mercados y los financiamientos que pesan e influyen en las
dinámicas globales, están altísimamente concentrados, como nunca antes. Este
fenómeno ha significado que en los últimos diez o quince años cientos de miles
de empresas hayan desaparecido, especialmente medianas, pero también grandes. Ahora
la competencia no solamente se da con el vecino o con los del mismo rubro, sino
con empresas ubicadas en cualquier lugar del mundo que producen bienes o
servicios similares.
Cabe
destacar que la revolución tecnológica, en su aplicación
sistemática del avance científico a los procesos productivos y de servicios se
traduce en una transformación que
impacta fuertemente en los modos de
producir. En la ejecución de tareas, que anteriormente requerían de la fuerza
de trabajo humana y hoy día se realizan mediante sistemas automáticos, pero
también en el control y la dirección de los procesos; mediante la robótica, la
cibernética y la informática. En los comienzos de la revolución industrial se
realizó la aplicación de los conocimientos de la física, la mecánica, después
de la química; ahora es la ciencia biológica, la bioingeniería. Esta revolución
tecnológica se manifiesta también en cambios en los modos de organización y
administración de las empresas.
En
su conjunto implican que el ser humano va siendo desplazado de la economía. Hoy
día el mundo está en condiciones de producir muchos más bienes de los que la
humanidad es capaz de absorber sobre la base de la demanda de bienes y
servicios, con una cantidad cada vez más reducida de personas participando en
esos procesos. Lo que genera el fenómeno de la desocupación, que es para los
gobiernos de todo el mundo el tema más difícil y complejo de los problemas que
deben enfrentar.
Hoy día puede darse un crecimiento del
producto con cero crecimientos del empleo y por demás va destruyendo culturas y
modos de ser de muchos pueblos, va generando pobreza y creando muy serios
problemas ambientales. Va haciendo que la humanidad hoy día se encuentre
prácticamente dividida en dos grandes sectores que ya no son este-oeste o
norte-sur, sino los integrados a la vida moderna, los que están, y los que
permanecen fuera, que han sido marginados o excluidos. Es un proceso de
exclusión muy fuerte, una gran concentración y una gran exclusión.
Se
habla hoy día de la reducción del tamaño y de las funciones del estado, del
adelgazamiento del sector público. Un fenómeno que no es explicable sólo por
razones de carácter ideológico, por el Neoliberalismo, sino que es estructural.
Los estados han perdido poder y capacidad de incidir en los procesos
económicos, porque estos son regulados desde otros centros, siguiendo las
indicaciones de los organismos financieros internacionales y las tendencias que
se van imponiendo en todo el mundo. Los márgenes en que cualquier gobierno
puede tomar decisiones son entonces muy estrechos y las políticas son las
mismas independientemente de su orientación ideológica. Los gobiernos no
controlan la economía. Han pasado a ser pequeñas o medianas empresas.
La
reducción del Estado tiene que ver con su incapacidad de seguir absorbiendo
funciones sociales, tiene que hacer ajustes, reducir sus gastos Incluso
deshacerse de activos, con procesos de privatizaciones que se extienden por
todas partes.
Estas realidades generan
un problema de pobreza extraordinariamente grande,
asociado a la desocupación y la marginación. Porque al mismo tiempo que se
reduce también la posibilidad para muchos de participar en el mercado, se
reduce también la posibilidad de que el estado ofrezca soluciones a esas
necesidades sociales insatisfechas.
La Globalización así
manifestada se erige entonces como un proyecto renovado de dominación
capitalista, bajo cuyos efectos se han acentuado los
desequilibrios y contradicciones a todos los niveles; se produce una mayor
concentración de la riqueza, el poder, y la toma de decisiones en un pequeño
número de naciones desarrolladas; mientras se reducen las posibilidades de los
países subdesarrollados para diseñar y poner en práctica las políticas
económicas que estimen apropiadas en función de lograr un desarrollo económico
y social.
Tenía razón el Papa Juan Pablo II, cuando en aquella
oportunidad indignado por la crueldad del capitalismo lo llamo “capitalismo salvaje”.
Este modelo de economía de mercado
neoliberal mostró una vez más, su mas radical cara antihumana y expoliadora,
pero al mismo tiempo, ha generado la base social para la acción y la lucha con propuestas,
la cuales dan inicio a la construcción de posibles alternativas progresistas e
innovadores paradigmas económicos y sociales. Así mismo con la crisis del sistema
capitalista iniciada a mediado de la presente década, teniendo sus expresiones más
graves en la actual crisis financiera, alimentaria y la crisis ambiental que
sacude al planeta, queda una vez mas evidenciado el fracaso de la propuesta de
la globalización neoliberal y la necesidad de repensar la economía y la
búsqueda de alternativas económicas más humanas y sostenibles.
Es en ese contexto
que desde hace aproximadamente 15 años, el concepto de Economía Social o
economía de la solidaridad, como le llaman algunos autores, ha saltado a la
palestra pública, como un nuevo enfoque y visión económica frente a la economía
capitalista y las políticas neoliberales. Aunque el concepto de «economía de la
solidaridad», nace en Latinoamérica a comienzo de los años ochenta, no es hasta
finales de los 90 que se posiciona en el debate público.
Ahora bien, la
economía de la solidaria como concepto, realidad y proyecto no
es un tema fácil de tratar y menos de ponerlo en práctica, ya que supone que
los que más beneficios obtienen dejaran de tenerlos tan altos para que otras
personas tengan una mínima oportunidad de poder progresar económicamente y esto es bastante difícil de
obtener con la avaricia que hay hoy en día.
Por fortuna, hay
mucha gente que no se preocupa solo de sus intereses (en este caso económicos) y se preocupa por el de otras
personas e intenta que todo el mundo pueda obtener sus necesidades básicas
mínimas.
Para empezar nos haremos la pregunta de si puede haber un mundo solidario y con
ello una economía solidaria?
En principio y tal y
como están las cosas sería bastante
difícil conseguirlo pero con esfuerzo y aportando la confianza en ello se puede
conseguir.
La economía
solidaria tiende a promover un desarrollo duradero e integrando las necesidades de las generaciones
actuales y futuras.
El objetivo
principal de la economía solidaria es
favorecer la expansión de cada ser humano y permitir que cada uno obtenga lo
mejor posible, a lo largo de su vida, el tiempo dedicado a la formación, a una
actividad remunerada, al voluntariado y a la vida familiar o personal.
La
economía solidaria es una vía alternativa y prometedora para el conjunto de la
sociedad, está basada en la tolerancia, la libertad, la democracia, la
transparencia, la igualdad y la salida hacia un mundo mejor y mejor repartido
económicamente.
Ahora analizaremos
bien los principales objetivos para saber qué y para qué es la economía solidaria:
-
LA IGUALDAD,
Satisfacer de manera igual los intereses
de todos las personas
Interesadas por las actividades de la empresa
o de la organización.
EL
EMPLEO, El objetivo es crear empleos estables y favorecer el acceso
a personas desfavorecidas. Asegurar a cada miembro del personal condiciones de
trabajo dignas y así estimulando su
desarrollo personal y su toma de responsabilidades.
-MEDIOAMBIENTE,
utilizar métodos de producción y
productos que no sean perjudiciales para la naturaleza y así también
conseguiríamos solucionar casi
involuntariamente grandes problemas actuales de contaminación.
-
COOPERACIÓN,
Favorecer la cooperación en lugar de la competencia dentro y fuera de la
organización.
-
SIN UN CARACTER
LUCRATIVO,
las iniciativas solidarias no tendrán por fin la obtención de beneficios, sino
la promoción humana y social, lo cual no obsta
para que sea imprescindible el equilibrar la cuenta de ingresos y gastos, e
incluso, si es posible, la obtención de beneficios. Eso sí, los posibles
beneficios no se repartirán para beneficio particular, sino que se revertirán a
la sociedad mediante el apoyo a proyectos sociales, a nuevas iniciativas
solidarias o a programas de cooperación al desarrollo, entre otros.
- QUE
HAYA UN COMPROMISO CON EL ENTORNO,
las iniciativas solidarias estarán plenamente presentes en el entorno social en
el que se desarrollan, lo cual exige la cooperación con otras organizaciones
que afrontan diversos problemas del territorio y la implicación en redes, como
único camino para que experiencias solidarias concretas puedan generar un
modelo socio-económico alternativo.
Como debería ser la estructura de una
empresa solidaria?
Los
productos, servicios, acciones propuestas o realizadas por la empresa solidaria
contribuyen a mejorar la calidad de vida.
Debe
estar integrada en su ámbito local desde el punto de vista económico, social y
ecológico.
La
empresa se gestiona de la manera más autónoma posible con respecto a los
poderes públicos. Desarrolla relaciones comerciales justas. Los trabajadores
estarán asociados a las decisiones que conciernan a su trabajo o al futuro de
la empresa. Procesos que favorecerán la democracia interna, entre otros en
términos de formación y se conseguirá
eliminar cualquier tipo de reproche hacia una decisión ya que todos expondrán cualquier tipo de idea y podrán elegir las que más les gusten. Las
diferencias de salarios máximos serán definidas y controladas colectivamente.
Reparto de tareas acompañadas por la creación de empleos. Se prestará una
atención particular a la calidad del trabajo. La empresa apoyará iniciativas
solidarias emprendidas para grupos o regiones desfavorecidas.
Para que la economía de mercado pueda
aflorar sin ningún tipo de problemas
tiene que haber un comercio justo; y que no haya aprovechamiento del fuerte al débil y que no haya ningún tipo de especulación.
Aquí
encontraremos muy bien explicados los principios del comercio justo:
1º:
Remuneración de la producción que permita a los productores y a sus
consumidores conseguir un nivel de vida adecuado, esto conlleva a un precio
justo, pagos por adelantado, cuando sea necesario, y una relación comercial a
largo plazo.
2º:
Condiciones de trabajo para los productores no perjudiquen su bienestar físico,
psicológico o social.
3º:
Producción económica y ecológicamente
sustentable, que cubra las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de
que las generaciones futuras.
4º: Utilizar los caminos más eficaces de llevar un producto desde el productor
hasta el consumidor, evitando especuladores e intermediarios innecesarios.
5º:
Condiciones de producción y comercialización que reserven un tratamiento preferencial a la participación de los
productores en las decisiones, una producción de pequeñas y medianas empresas y
la distribución igualatoria de los
ingresos generados.
6º:
Campañas de sensibilización sobre la relación entre la elección de los
consumidores y la vida de los productores y condiciones laborales.
7º:Trabajo
de "campañas" que va dirigido a cambiar las injustas estructuras de
comercio internacional para facilitar a las empresas que comienzan y no ser
eclipsadas por otras de mayor poder.
Entramos
ahora en otro punto fuerte de la economía solidaria.
Que
es La Auditoria Social?
Digamos que la auditoria social es un
proceso que permite a una organización evaluar su eficacia social y su
comportamiento ético y moral en relación a sus objetivos, de manera que pueda
mejorar sus resultados sociales o solidarios y dar cuenta de ellos a todas las
personas comprometidas por su actividad. Cada vez son más numerosas las
empresas que desean asumir plenamente su responsabilidad social. La auditoría
social permite integrar de manera estructurada estos diferentes aspectos en la
gestión cotidiana de una empresa así como llevar al día una contabilidad
social.
La
auditoría social se experimenta ya en numerosas empresas de distintos tamaños y
que operan en varios sectores a lo largo y ancho del mundo.
La economía solidaria también engloba a otras
situaciones de la vida como el mercado social que cada día se está integrando
mejor.
Para una empresa social (cooperativa de cualquier tipo, pero también sociedad
laboral, mutualidad, asociación, empresa participativa...),
formar parte de un mercado social le significaría aumentar las ventas, reducir
la incertidumbre y los riesgos, fidelidad
clientes, poder acceder a tecnología, conocimientos y crédito, gozar de
reconocimiento social y tener un incentivo para mantener la propia identidad.
Por eso se dice que las empresas
solidarias y sociales entran en el mercado social que es una red de producción,
distribución y consumo de bienes y servicios (los flujos), que funciona con
criterios democráticos, ecológicos y solidarios en un territorio determinado, y
que está constituida, tanto por empresas sociales como por consumidores
individuales y colectivos, como son ayuntamientos, escuelas, etc.
Los integrantes del mercado social serían:
Empresas sociales productoras de bienes intermedios o finales Empresas
sociales distribuidoras (cooperativas de consumo, redes de intercambio, tiendas
de comercio justo...) Consumidores responsables, es decir, las personas que
compran siguiendo criterios eco sociales.
¿Cómo funcionaría?
El
mercado social podría funcionar sobre la base de los principios siguientes:
Cada componente sea empresa social o
consumidor individual, procura consumir al máximo bienes y servicios producidos
por el resto de los componentes del mercado social. Los bienes y servicios que
circulan en el mercado social cumplen tres criterios:
- ser socialmente útiles
- ser ecológicamente
sostenibles y
- haber sido producidos con equidad y
democracia.
Cada componente contribuye a crear nuevas empresas sociales vinculadas al
mercado social, a fin de ir completando y cerrando ciclos productivos.
El
mercado social, además de bienes y servicios, genera aprendizaje colectivo,
innovación tecnológica, cultura, relaciones sociales, proyectos, valores, etc.
¿Cómo crear el mercado social?
El mercado social o solidario no puede nacer espontáneamente. Ha de ser
impulsado desde las organizaciones representativas de los sectores
cooperativos, de la economía social, organizaciones no gubernamentales y del consumo responsable, entre otras.
Tenemos
diversos ejemplos que avalan esta necesidad de impulso consciente.
Existen diversas propuestas, entre las que se encuentran acercar a empresas
sociales para que acaben haciendo negocios o proyectos juntas; organizar actos
que promuevan la interoperación entre
productores, y entre productores y grupos de consumidores; la creación de unas
páginas virtuales de la economía social, una Web
que recoja quién hace qué, dónde, cómo y por cuánto en la economía social; un carnet cooperativo de consumidor; diseño y
ensayo de instrumentos de garantía social dirigidos a los consumidores.
También contamos con el comercio justo, otros de los componentes de la economía solidaria que intenta alcanzar los
objetivos de facilitar la entrada al mercado de productores más desfavorecidos
e intentar cambiar las reglas injustas. El Comercio Justo es una asociación de
comercio, basada en el diálogo, la oportunidad y el respeto, que busca un mayor
equilibrio en el comercio internacional. Contribuye a un desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones
comerciales y asegurando los derechos de productores y trabajadores marginados.
Las organizaciones de
Comercio Justo, apoyadas por los consumidores, están implicadas activamente en
poyar a los productores, sensibilizar y desarrollar campañas para conseguir
cambios en las reglas y prácticas del comercio nacional e internacional.
Conjuntamente
con los conocimientos y las experiencias
sociales que aportan las vivencias y practicas solidarias en los países donde
se ha implementado este nuevo paradigma de desarrollo integral y sostenible,
permite actuar desde tres frentes:
1- Desde las escuelas básicas y secundarias; Centro de capacitación y las Universidades como plataforma de conocimiento
y formación.
2- Desde la empresa, como destinatario de los objetivos y entidad de
implementación de la economía solidaria como nuevo sistema de producción de
riqueza.
· 3- Desde las entidades sociales, como puntos
de captación y entes impulsores de las
Políticas sociales.
La vida de la economía solidaria no ha sido nada fácil; con demasiada
frecuencia, quizá, ha ido acompañada de dudas, intentos y fracasos.
Conocemos la clave:
se trata de unir y consolidar la iniciativa con la solidaridad.
Para
comprobar
que esto no es solo una ilusión que otra alternativa económica y social es posible, aquí
hay la propuesta de en una carpeta de proyectos sociales a modo de programa
piloto para promover y fomentar la economía
solidaria.
El Plan municipal de Desarrollo que se propone
implementar el Sistema Integrado de Servicios agropecuarios SISAGRO, junto a un
grupo significativo de cooperativas de servicios y agropecuarias, fundaciones
no gubernamentales, organizaciones sociales e instituciones de servicios,
consistente en: …en el cuatrienio 2012-2015, se enmarca dentro del plan estratégico
denominado “comunidades en desarrollo”.
La estrategia para un programa de
Desarrollo Local (Comunidades en
Desarrollo) se plantea el objetivo
de poner en marcha en la comunidad un
proceso de desarrollo integral y global, basado en la conjunción de los
esfuerzos y el trabajo de las organizaciones sociales, autoridades municipales,
legislativas y gubernamentales, de los profesionales y técnicos locales, así
como de los ciudadanos y ciudadanas comprometido, sea a nivel individual u
organizado.
Un proceso de trabajo común se ve hoy
más necesario que nunca por las dificultades de las crisis económicas,
alimentaria, medio ambiental y por los graves daños sociales que la crisis
genera y sobre todo por su persecución
sobre la clase social más desfavorecida.
Se hace necesario, al mismo tiempo, para demostrar que la democracia es
capaz de responder a estas dificultades no solo de u modo asistencial o
tradicional, sino llamando a la población a un esfuerzo solidario y coordinado
para que el proceso de desarrollo se realice en todas las direcciones en una
relación dialéctica, dinámica y, por tanto, democrática y no autoritaria,
paternalista o tecnocrática.
Con una inversión de
RD$00 millones de pesos, el plan tiene entre otras metas, las siguientes:
Reducir la pobreza del 00 al 00%, Disminuir la tasa de desempleo del__ al __%
Lograr una cobertura del 100% en salud y educación Implementar y consolidar la
Banca de las Oportunidades. Los pilares del Plan 2012 2015 son el desarrollo y
la equidad para todos los residentes en los municipios seleccionados, la
consolidación de la política de defensa y la seguridad democrática y la
reducción de la pobreza. Por ello, desde la presencia transversal que se le
reconoce al sector solidario,…anuncia la continuidad de su objetivo de
impulsarlo Para ello, plantea dos ejes temáticos: El desarrollo institucional y
de control, por una parte, y el fomento, fortalecimiento y difusión, por otra. Como
parte del desarrollo institucional y de control, en el que se hace referencia a
la auditoria social, se definen cuatro frentes: El fortalecimiento de las
instituciones públicas que integran el Sistema de la Economía Solidaria. La
eliminación de obstáculos para el desarrollo de la actividad solidaria
empresarial, a través de la revisión de las normas y reglamentación que hoy
aplican al sector. La delimitación de las entidades que integran al sector. La
optimización de las funciones de regulación y supervisión del sector integrando
la labor supervisora tanto de la naturaleza jurídica como de la actividad
económica de las organizaciones solidarias.
Resumen
Por lo que podemos apreciar, la economía
tanto en su práctica como en su distribución, en el ámbito de las grandes
mayorías no va muy bien que digamos.
Lo que hemos entendido como economía solidaria es que si cada uno ponemos
un poco de nuestra parte conseguiremos un mejor reparto de los beneficios y no
que solo los que más pueden más se lleven. Con la implantación de la economía solidaria
pensamos que no habría tantas
diferencias de calidad de vida en el mundo, además todo el mundo podría tener
una mayor cantidad de oportunidades.
Una de las cosas que
se preocupa la economía solidaria es en que al implantarla no perjudique a
nadie ni a nada.
La economía solidaria es difícil que salga
adelante si no tiene un gran número de seguidores y es difícil porque
requiere sacrificio y esfuerzo no solo para un interés propio sino para el
beneficio general. Lo que intenta es que cada individuo tenga lo mejor en todos
sus aspectos de la vida y que no haya ningún tipo de gente sin oportunidades,
un bienestar mínimo, una satisfacción de la vida...
Las bases de la economía solidaria podríamos decir que son las siguientes:
- la
tolerancia,
- libertad
democracia,
- transparencia
igualdad
-
y la conquista de un mundo mejor repartido económicamente
y con un aumento de la calidad de vida.
PROPUESTAS ESTRATÉGICAS DE
LA ECONOMIA DE LA SOLIDARIDAD Y EL
COOPERATIVISMO COMO UNO DE SUS COMPONENTES BASICOS, Y SU CONTRIBUCIÓN A
UNA ALTERNATIVA DE DESARROLLO INTEGRAL Y SUSTENTABLE
El
desarrollo del cooperativismo debe estar precedido entonces de una estrategia,
para lo cual no basta con que haya principios, valores, una concepción de
empresa cooperativa, ejemplos significativos de experiencias cooperativas de
éxito, sino que el objetivo es accionar, establecer propuestas que al tiempo
que fortalezcan su identidad, sus fundamentos le permita afianzar su
contribución a una alternativa, para enfrentar la Globalización Neoliberal y
lograr transformaciones.
¿Cómo?
En mi criterio y en
correspondencia con lo expuesto anteriormente, esta debe estar dirigida a los
fundamentos, a los elementos que conforman la identidad cooperativa y
encaminarlos en dos direcciones principales:
A lo Ideológico y a lo
Empresarial.
-
Dirección
Ideológica.
Se
relaciona con, lo que conforma la cultura propia del cooperativismo, su manera
de ser, de comportarse, de hacer las cosas especifica y diferenciadamente , los
principios ( punto de arranque de la construcción ideológica), los valores
(núcleo de la cultura cooperativa), que aportan un sentido de dirección común a
todas las personas y líneas directrices en la tarea diaria. Principios y
valores, entendidos como postulados ideológicos básicos, cubren la totalidad de
la vida del cooperativismo en lo asociativo y en lo empresarial, no pueden
reducirse a frases de cajón, sino que tienen que ser comprendidos en toda su
magnitud.
Por
ello, el desarrollo de la dirección ideológica sólo será posible si se otorga
una atención preferente a la Educación Cooperativa.
Por
el déficit educativo experimentado en los últimos tiempos, es decir, la falta
de planificación sistemática de la (re)producción, transmisión y renovación de
la cultura cooperativas. Ninguna experiencia que pretenda proponer algo
distinto a lo establecido puede mantener su identidad en el tiempo si no
alimenta de forma permanente su propia visión de las cosas y la forma de
mirarse y entenderse a sí misma.
La
Educación Cooperativa sería “un proceso capaz de responder al desarrollo del
individuo a partir de objetivos claros y precisos, pero que sus resultados
tributen a la formación de fuertes convicciones en éstos que demuestren su
capacidad de expresar sus derechos y sentimientos personales en pro del
movimiento solidario”. (Claudio Rivera
Rodríguez: La Economía Social ante la Globalización Neoliberal).
La
Educación Cooperativa tiene entonces que desplegarse en los niveles dirigentes
y de sus asociados prioritariamente, para finalmente orientarse hacia el
público en general.
Los
métodos a utilizar variaran según el nivel en que se oriente la actividad
educativa, pero cualquiera que sea el destino, deberán siempre orientarse hacia
dentro del marco axiológico cooperativo: principios, valores.
Objetivos
a buscar a través de la Educación Cooperativa:
1)
Desarrollar un proyecto político -económico que jerarquice al movimiento social
y cooperativo, (local, regional, nacional y global) pues tiene la
responsabilidad de construir un modelo distinto a la Globalización Neoliberal,
verdaderamente alternativo.
2)
Formar asociados conscientes de la ideología y práctica de la cooperación y la
ínter cooperación, la cual desde nuestro punto de vista debe tener una doble
vertiente: técnico económica y otra doctrinal y axiológica (en principios,
valores, ética),
que convierta al recurso humano en la principal fortaleza de este sector.
3)
Vincular la teoría y la práctica del cooperativismo dentro de las formas que ha
adoptado, los lugares en que se ha desarrollado y del contexto en que lo ha
hecho.
4)
Promover los principios cooperativos como un sistema integrado, en estrecha
vinculación con los valores del cooperativismo.
5)
Propiciar intercambios de experiencias que facilite el desarrollo y la
percepción que se tiene del cooperativismo.
6)
Distinguir y divulgar los ejemplos de empresas cooperativas, que actuando
dentro de los valores y principios de la cooperación, han sobrevivido al embate
de la crisis y han contribuido dentro sus medios a la satisfacción de las
necesidades de sus asociados, y a mejorar la calidad de vida de la población
Por ejemplo la experiencia internacional de los vascos de Mondragón,
España, la integración agroindustrial de
las cooperativas azucareras de Tucumán, el caso Previsol y de la cooperativa de
consumo de Bahía Blanca, la red de cooperativas apícolas integradas de la
provincia de Buenos Aires, la experiencia de la COFAC(Cooperativa de Crédito de
Uruguay), etc.,
7)
Desarrollar con rigor científico la teoría y la ciencia de la cooperación.
8)
Ampliar el conocimiento de los cooperativistas acerca del compromiso social
frente a la realidad económica.
9)
Promover una formación comunitaria, pues la participación, relaciones sociales
y articulaciones de la cooperativa y del asociado de la comunidad es parte
activa del desarrollo.
La
educación que da conocimientos debe ceder el paso a la que forma a los hombres,
por ello la creatividad y autonomía, el espíritu crítico y reflexivo, la
solidaridad y la cooperación, un alto nivel de autogestión y autoafirmación, la
responsabilidad con la sociedad, y la formación económica constituyen sus
bases.
-
Dirección
Empresarial
Específicamente
la relación con la empresa económica que es la cooperativa, las dificultades
que presenta y los requerimientos que hoy se le plantean dentro del entorno en
que se desarrollan, pues se ven desafiadas por similares problemas que
enfrentan las demás empresas.
Según
los estudios realizados por muchos autores acerca de la empresa cooperativa la
cuestión está relacionada con:
a).
Pérdida de la naturaleza y la esencia cooperativa.
b).
Las posibilidades que tiene la empresa cooperativa para realizar una gestión en
correspondencia con los esquemas modernos de gestión empresarial, (excelencia
empresarial).
c).
Problemas de Estructura.
d).
Insuficiente diversificación del Cooperativismo.
e).
Problemas Financieros.
f).
Marco legal inadecuado: las relaciones Estado-Cooperativa.
g).
Falta de integración.
Acerca
de la primera cuestión, la empresa cooperativa debe tener clara noción que
están exigidas por un contexto determinado y tienen que responder al mismo, sin
desnaturalizar su esencia, es decir con una correcta armonía entre lo
económico, y lo social, entre lo práctico empresarial y lo ideológico
cooperativo; al mismo tiempo poseer claridad en que la función social de la
cooperativa sólo podrá cumplirse si la empresa económica que es, sobrevive y se
desarrolla.
Respecto
a las posibilidades que tiene la empresa cooperativa para realizar su encargo
en correspondencia con los esquemas modernos de gestión empresarial; existe un
consenso más o menos aceptado entorno a la misma que se enfoca en tres
direcciones:
1).
Dimensión estratégica, o ámbito externo. Vinculada a tres características
fundamentales: la orientación al cliente, la calidad y el estimulo a la
innovación. Es decir buscan la satisfacción del cliente a través de la calidad
y la mejora continua de esta a través de la innovación.
2).
Dimensión cultural, o ámbito interno de la excelencia. En ella la orientación a
la persona, entendida como el principal activo de la empresa, determinada por
un claro esquema de valores compartidos, dan un sentido humanista a la gestión.
3).
La existencia en la empresa de un liderazgo, capaz de integrar y armonizar las
dimensiones anteriores y lograr dentro de la organización un fuerte sentido de
pertenencia y de compromiso con la empresa.
Es
decir el elemento humano, la calidad y la cultura son factores claves, en la
actualidad en la gestión de las empresas convencionales.
PROYECTOS ALTERNATIVOS DE DESARROLLO INTEGRAL Y SUSTENTABLES
PARA COMUNIDADES RURALES
Mercados Solidarios
participativos.
Estas
nuevas iniciativas, además de presentar muchas de las cualidades de las PYME
que se han puesto en marcha recientemente, ofrecen ventajas especiales
derivadas de su forma cooperativa:
ü Su
independencia de la inversión exterior les permite generar empleo allí donde
las empresas tradicionales no lo hacen (en zonas urbanas e industriales en
declive, en regiones escasamente pobladas, entre personas que corran el riesgo
de la exclusión social).
ü Sus
bases de asociación pueden hacer de ellas empresas social, económica y
tecnológicamente innovadoras.
ü Su
estructura organizativa promueve el espíritu de empresa entre grupos que, de
otra forma, podrían tener limitado el acceso a las responsabilidades de
gestión.
ü Sus
amplios objetivos impulsan el bienestar y la prosperidad de muy diversos
interesados.
ü Sus
estructuras participativas pueden materializar, con la cooperación entre esos
diversos interesados, el potencial local o regional que se halle en estado
latente; presentan, además, un altísimo índice de mujeres empresarias.
En
el mundo, la forma cooperativa está adoptando hoy vías innovadoras que merecen
ser destacadas y, en su caso, impulsadas o imitadas. Con frecuencia, esas vías no
son sino reinvenciones o nuevas aplicaciones de ideas cooperativas ya
existentes. En el caso de algunas, son factores locales los que explican su
éxito en un contexto nacional determinado, pero la mayoría de ellas funcionan
bien debido a su propia naturaleza cooperativa y podrían así aplicarse en
cualquier parte. Como ejemplos pueden citarse los siguientes:
Mercados
solidarios participativos: vinculación asociativa entre productores y
consumidores en condiciones de equidad y participación social, tanto urbana
como rural. Tienen como base a amplios grupos de población urbana, la que se
organiza para recepcionar en un espacio y un día determinado la producción de
los campesinos organizados, de acuerdo a los productos que comercializan.
En
estos mercados solidarios participativos los productores obtienen mejores precios y los
consumidores adquieren sus productos a un 15 ó 30 por ciento más bajo que en
los mercados tradicionales. Además, todos los productos se venderán a un solo precio promedio por medio de una
canasta familiar solidaria (ejemplo una bolsa que contiene diversos productos
agrícolas tiene un valor promedio igual). En estas ferias también se ofrecerán productos industriales obtenidos al por mayor,
por lo que su precio también oscilara entre 7 y 15 por ciento más bajo que el
sistema tradicional de abasto alimentario.
La
importancia de los mercados solidarios es grande pues moviliza semanalmente
varios miles de toneladas de productos y beneficia a varios miles de personas,
generalmente de zonas urbanas y rurales deprimidas.
La
gestión la llevan a cabo pequeños grupos de personas especializadas (12 ó 15)
por feria y la mayor parte de la organización y promoción se hace gracias al
concurso voluntario de los vecinos.
Empresas
comunitarias, sociedades no gubernamentales y cooperativas que no se denominan
cooperativas.
Ante
las dificultades e injerencia excesiva del Estado se conforman empresas de
carácter solidario bajo la denominación de sociedad no gubernamentales,
asociaciones… como empresas formadas por
trabajadores y actores sociales para crear o consolidar una fuente de trabajo
en forma colectiva y sustentada en la mutua cooperación. Prefieren la denominación
sin fines de lucro por las facilidades para su constitución, la mayor simplicidad
para su organización social y gestión interna, menor grado de control y
supervisión del Estado y mayor grado de autonomía. En esencia son empresas de
gestión democrática bajo la modalidad jurídica de sociedad de carácter social.
La
integración micro empresarial urbana y
rural En América Latina y el
Caribe donde la mayor parte de los países han puesto en ejecución proyectos y
programas de financiamiento microempresarial como complemento de los programas
de empleo, generalmente con apoyo de la OIT.
Estos
programas tienen entre sus lineamentos estratégicos la integración
microempresarial y la inserción en sectores económicos consolidados. Entre las
opciones que se les propone a los microempresarios (35) está la de integrarse
en cooperativas que puedan brindar los servicios de: Abastecimiento de insumos,
comercialización de productos, concertación productiva y planificación,
contabilidad, interrelación con los sectores económicos privado y cooperativo.
En
España y en Japón, hay gran número de escuelas que son gestionadas por
cooperativas de educación, lo que da a sus miembros (padres y/o profesores) una
influencia directa en esa gestión.
En
Estados Unidos, existen desde hace mucho cooperativas dedicadas a la prestación
de servicios públicos; por ejemplo, las existentes en el sector rural de la
electricidad detentan más de la mitad de las líneas de distribución eléctrica
del país y suministran este servicio con tarifas de coste a sus 27 millones de
miembros. Este tipo de cooperativas de energía se está desarrollando ahora
también en Portugal. Asimismo, en el Reino Unido, acaba de crearse con éxito
una cooperativa telefónica que compra a precios ventajosos “tiempo en línea” y
traspasa este beneficio a sus miembros en forma de costes bajos o de dividendos
proporcionales al uso que hagan del servicio.
En
Estados Unidos y Japón, las cooperativas universitarias prestan a los
estudiantes gran número de servicios, como, por ejemplo, textos, alimentos,
útiles de limpieza, vestimentas y alojamiento baratos o servicios de asesoría
(una de las más conocidas en Estados Unidos es la cooperativa de estudiantes de
Harvard, que cuenta ya con más de 100 años de existencia).
En
Québec, se han creado cooperativas de copropietarios impulsando a los empleados
a invertir en sus propias empresas y a juntar su poder de voto.
Las
cooperativas de E-comercio que se han constituido en Francia e Italia están
permitiendo a pequeñas empresas de artesanía y a artesanos independientes
comercializar y vender sus productos en la red.
En
Suecia, las guarderías creadas en forma de cooperativa hacen posible que los
padres trabajadores organicen personalmente y bajo su propio control los
servicios prestados por el establecimiento. Este tipo de cooperativas, como
también las creadas para el cuidado de la tercera edad, genera empleos directos
al tiempo que ofrece a la mujer la posibilidad de incorporarse al mercado de
trabajo.
En
Estados Unidos, las cooperativas de minoristas en los campos de la alimentación
y de los equipos hacen posible que centenares de comercios independientes estén
compitiendo favorablemente con las grandes cadenas. También se desarrollan las
cooperativas de sanidad (HMO) prestan servicios sanitarios a cerca de 1.500.000
familias americanas. El papel de estas cooperativas es también importante en
España.
Finalmente,
en el ámbito artístico y cultural, hay numerosos artistas, intérpretes,
actores, malabaristas, etc., que han creado cooperativas como medio de exhibir
sus obras. En Francia, por ejemplo, existen más de 49 cooperativas teatrales, entre
las que se incluye el internacionalmente famoso “Théâtre du Soleil”. La forma
cooperativa en este ámbito es adecuada también para garantizar la libertad
artística, la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y circulación
de las obras del autor, el patrimonio artístico y los espacios audiovisuales
culturales.
La
empresa cooperativa como toda empresa, está concebida como un sistema de
producción, con objetivos de avance y dentro de ellos el generar ganancias y
producir riquezas es garantía necesaria de crecimiento. No puede sin embargo
excluirse el hecho de que la actividad de la empresa cooperativa, se realiza
con personas, siendo un sistema que se caracteriza de manera característica por
interacciones sociales internas y externas y su objetivo social se cumple a
través de la relación con personas y con grupos, por lo cual debe situar su
objetivo económico dentro de un determinado contexto integral.
El
logro del objetivo económico y el objetivo social permite tanto el desarrollo
de la empresa como del propio hombre.
El
éxito de las cooperativas puede incluir aspectos distintos de los que se
consideran en las empresas orientadas a la inversión. Las cooperativas no deben
evaluarse con indicadores tales como la rentabilidad de las inversiones o la
cuota de mercado. Prueba de ello es que el éxito de una cooperativa no se
refleja en el precio de sus participaciones; las cooperativas no se cotizan en
el mercado de valores. De hecho, dada la enorme diversidad de los objetivos que
persiguen, es imposible medir con los indicadores ordinarios el mayor o menor
éxito que obtengan en su consecución. Hay, pues, otros factores que deben
tenerse específicamente en cuenta al evaluar el grado de éxito de una
cooperativa, entre ellos:
1).
Su acción o impacto social, en correspondencia con la esencia que define y
desarrolla al movimiento cooperativo, es decir su dedicación al beneficio de
sus miembros y a la satisfacción de sus necesidades.
2).
Sus procedimientos democráticos de fijación de objetivos y de toma de decisiones.
Sus normas especiales para el tratamiento del capital y el beneficio.
3).
Sus objetivos de interés general por la comunidad.
4).
Su capacidad de asimilación de las tendencias demográficas.
5).
Su contribución a la cultura ambiental.
Hoy
día, son numerosas las empresas no cooperativas que han comprendido las
ventajas competitivas que pueden ofrecerles las ideas cooperativas básicas. La
constitución de redes, la celebración de alianzas estratégicas o la creación de
exenciones son, todas ellas, formas distintas de cooperación. En el contexto de
una competencia cada vez mayor, hay también muchas empresas que tratan de
aumentar la lealtad de sus clientes y de crear en ellos un “sentimiento de
pertenencia” (por ejemplo, con sistemas de participación en los beneficios) o
que pretenden diferenciarse de sus competidores garantizando formalmente su
responsabilidad ética o social.
PROYECTOS PROPUESTOS
(SISAGRO):
1- Huertos
Familiares Ecológicos
2- Mercados
Solidarios Participativos
3- Centro
de Capacitación Técnica Agropecuaria y cooperativismo (SISAGROEDUCA)
4- Proyecto
Agroforestal
5- Servicios
de Equipos y Maquinarias Agrícolas( COOPSEMA)
6- Programa
de promoción y formación de
cooperativas agropecuarias.
Domingo
A. Núñez Polanco